Los descubrimientos suscitan interrogantes sobre si los objetos obtenidos del fondo marino el año anterior realmente provienen de material extraterrestre.

 
 
 

En 2023, unos investigadores descubrieron materiales en el fondo marino cerca de la isla de Manus, en Papúa Nueva Guinea, que inicialmente se consideraron de origen extraterrestre. Este hallazgo se produjo a raíz de la entrada de un meteorito en la atmósfera terrestre en 2014, lo que planteó la hipótesis de que sus fragmentos pudieran haber llegado al océano. Aunque este descubrimiento sugirió inicialmente un avance en la comprensión de los objetos interestelares, análisis posteriores y más profundos han puesto en duda que estos materiales procedan realmente del exterior de la Tierra, cuestionando la idea de que pertenezcan a un meteorito interestelar.

 

Vibraciones generadas por un camión

Ahora, la situación se ha complicado aún más con los resultados de una nueva investigación dirigida por científicos de la Universidad Johns Hopkins. El nuevo estudio sugiere que es casi seguro que las ondas sonoras, inicialmente atribuidas al impacto del meteorito de 2014, en realidad provinieron de una fuente mucho más mundana: las vibraciones generadas por un camión que transitaba por una carretera cercana al sismómetro utilizado para la detección. 

"La señal cambió de dirección con el tiempo, coincidiendo exactamente con una carretera que pasa junto al sismómetro", dijo Benjamin Fernando, sismólogo planetario de Johns Hopkins que dirigió la investigación en un comunicado de prensa de la institución.

"Es muy difícil tomar una señal y confirmar que no procede de algo. Pero lo que podemos hacer es demostrar que hay muchas señales como ésta, y demostrar que tienen todas las características que esperaríamos de un camión y ninguna de las características que esperaríamos de un meteorito", agregó.

¿Primer visitante interestelar en colisionar con la Tierra?

Este giro de los acontecimientos plantea dudas sobre la afirmación inicial de que un meteorito interestelar había impactado contra la Tierra. La historia comenzó cuando un objeto entró en la atmósfera sobre el Pacífico occidental el 8 de enero de 2014, y fue identificado por Avi Loeb, un reputado profesor de Harvard, y su equipo como potencialmente interestelar (además de tener incluso un origen tecnológico extraterrestre) debido a su alta velocidad. Este hallazgo, de confirmarse, habría supuesto el tercer visitante interestelar conocido del Sistema Solar, y el primero en impactar contra nuestro planeta. Incluso se propuso un lugar concreto del océano donde podrían haber caído y hundido los restos.

Sin embargo, los análisis subsiguientes y la interpretación de los datos sugieren que la velocidad del objeto fue sobreestimada y que su origen podría no ser interestelar. Además, según Fernando, la ubicación real del evento atmosférico estaba significativamente alejada de donde la expedición oceanográfica buscó los fragmentos, lo que indica que no solo se utilizó una señal incorrecta sino que también se buscó en el lugar equivocado.

El año anterior, se extrajeron del mar fragmentos de un meteorito cerca de Papúa Nueva Guinea. Sin embargo, investigaciones posteriores pusieron en duda que las esferas encontradas procedieran realmente de "tecnología extraterrestre".El año anterior, se extrajeron del mar fragmentos de un meteorito cerca de Papúa Nueva Guinea. Sin embargo, investigaciones posteriores pusieron en duda que las esferas encontradas procedieran realmente de "tecnología extraterrestre".
El año anterior, se extrajeron del mar fragmentos de un meteorito cerca de Papúa Nueva Guinea. Sin embargo, investigaciones posteriores pusieron en duda que las esferas encontradas procedieran realmente de "tecnología extraterrestre".Imagen: Avi Loeb

"La ubicación de la bola de fuego estaba en realidad muy lejos de donde la expedición oceanográfica fue a recuperar estos fragmentos de meteorito", añadió Fernando. "No solo utilizaron la señal equivocada, sino que estaban buscando en el lugar equivocado", añadió.

¿Qué se recuperó del agua?

Esto plantea interrogantes sobre la naturaleza de los objetos extraídos del océano. Según los especialistas, es posible que los hallazgos consistan en pequeñas partículas de meteoritos comunes o meteoritos que se mezclaron con elementos terrestres. Sea como fuere, el equipo de investigadores sostiene firmemente que no proceden de tecnología extraterrestre.

Los resultados de este estudio se presentarán el 12 de marzo en la Lunar and Planetary Science Conference de Estados Unidos.

Felipe Espinosa Wang con información de la Universidad Johns Hopkins.

 

Incendios producto del cambio climático en Colombia y Ecuador ponen más presión sobre su frágil suministro de agua.

 
 

En medio de la sequía de los últimos meses, un incendio arrasó más de 300 hectáreas de las montañas que surten de agua al nororiente de Colombia, dejando en claro la fragilidad de los ecosistemas de alta montaña frente al cambio climático y del suministro hídrico de los países de la región.

Desde la noche del 22 de enero, y durante cuatro días, las llamas envolvieron una porción del páramo de Berlín, ubicada a más de 3.000 metros de altura. En una labor conjunta, el cuerpo de bomberos, el Ejército, los habitantes del lugar y voluntarios de la vecina ciudad de Bucaramanga lograron extinguir el fuego, que para ese momento ya había consumido un área de frailejones  equivalente a más de 56 campos de fútbol. Los frailejones son plantas que crecen en los páramos y pueden llegar a medir hasta dos metros de altura. Son esenciales para retener el agua condensada de las neblinas y las lluvias y conservarla, fijándola al suelo.

Así como en VenezuelaEcuador y Perú, los páramos son una de las principales fuentes de agua para millones de personas en Colombia. Lejos de ser un evento aislado, decenas de incendios como este han ocurrido en territorio colombiano y ecuatoriano desde noviembre de 2023, cuando comenzó la sequía y aumentaron las temperaturas, consecuencias del fenómeno de El Niño.

Tallos calcinados de los frailejones aún en pie, en el páramo de Berlín.Tallos calcinados de los frailejones aún en pie, en el páramo de Berlín.
Tallos calcinados de los frailejones aún en pie, en el páramo de Berlín.Imagen: Diego Suescún

Tanto la vegetación como el suelo de los páramos no intervenidos pueden almacenar un gran volumen de agua, que luego ponen en circulación alimentando ríos y quebradas. Al retener agua en la época de lluvia previenen inundaciones, mientras que al liberar su contenido mantienen el caudal de los ríos en medio de la sequía.

Según dijo a DW Robert Hofstede, docente de la universidad San Francisco de Quito y consultor para programas ambientales, un metro cuadrado de este ecosistema puede liberar entre uno y dos litros de agua por día. Sin embargo, los daños producto de la minería, la ganadería y la agricultura reducen su capacidad de almacenamiento. Buena parte del páramo de Berlín está cubierta de cultivos de ajo, papa y cebolla, y aun así, el acueducto de Bucaramanga posee predios en el lugar para velar por el abastecimiento hídrico de la ciudad.

Una esponja en llamas

En altitudes superiores a los 3.000 metros, con temperaturas variables que rondan los cero grados Celsius, con abundante niebla y mucho sol, los páramos rara vez se incendian de forma natural. Especialmente adaptadas a estas condiciones extremas, el 60 por ciento de las especies de plantas que viven allí no se encuentran en ningún otro lugar del mundo. Las hojas muertas de la mayoría de estas, tal como el frailejón y los pastos del pajonal, recubren sus partes vitales para protegerlas del frío. En palabras de Diego Suescún, profesor de Ingeniería Forestal de la Universidad Industrial de Santander, dicha cubierta no solo potencia la capacidad del ecosistema para almacenar agua, sino que también puede ser una barrera contra el fuego.

Al consumir las hojas muertas que recubren la vegetación y el suelo de los páramos, los incendios reducen su capacidad de almacenar agua. Suescún señaló a DW, tras su visita al lugar del incendio, que "la cubierta vegetal de los frailejones impidió que el daño del fuego sobre las partes vitales fuera mayor, sin embargo, aún no se sabe cuántas plantas sobrevivirán.” 

 

Aún no hay certeza sobre la causa del incendio, pero las teorías al respecto oscilan entre una quema salida de control o un corto circuito en el tendido eléctrico de la zona. En los páramos de Colombia, Ecuador, Venezuela y Perú se llevan a cabo incendios controlados para destruir la vegetación silvestre, con el objetivo de reemplazarla por cultivos y ganado. "Los fuertes vientos que ocasionalmente se presentan en las montañas, sumado a lo recóndito de su ubicación, facilitan que el fuego se salga de control,” indica Suescún. Dependiendo de los daños causados por las llamas, el páramo puede necesitar entre cinco y diez años para recuperarse. "En caso de que los incendios se repitan en intervalos más cortos, el ecosistema perdería su capacidad para absorber agua como una esponja,” apunta Hofstede.

 

Fragilidad del suministro

Incendios como el ocurrido en el páramo de Berlín, en Colombia, revelan la fragilidad de los páramos ante la sequía y el calor del fenómeno de El Niño: el talón de Aquiles que podría dejar sin agua a millones en América Latina. Mayerly López, activista del Comité para la Defensa del Agua y el Páramo de Santurbán, dijo en entrevista con DW que el país no está preparado para lidiar con las consecuencias cada vez más extremas de fenómenos como El Niño o La Niña, y se está poniendo en riesgo el agua de la gente. "Ahora nos preocupa la sequía, pero no se trata solo de eso, luego vendrán las lluvias de La Niña”, subrayó.

Millones de personas en Perú, Ecuador, Venezuela y Colombia dependen de los ecosistemas de alta montaña para obtener agua potable, producir energía hidroeléctrica y regar cultivos. La progresiva desaparición de los glaciares, el bosque alto andino y otros ecosistemas con capacidad para proveer agua aumenta la presión sobre los páramos. Mientas que la minería, la agricultura, la ganadería y la urbanización le roban terreno al páramo, el calentamiento global hace que las lluvias durante La Niña y las sequías de El Niño se tornen cada vez más extremas.

(cp)

 

Un prometedor progreso científico abre la puerta a revivir mamuts lanudos utilizando células madre de elefantes, lo que nos acerca a hacer realidad la desextinción.

 
 
 

En un hito científico que promete revolucionar tanto la conservación de especies como el concepto mismo de desextinción, investigadores de Colossal Biosciences han logrado transformar células de elefante asiático en células madre pluripotentes inducidas (iPSC). Este avance, publicado en el servidor de preimpresiones bioRxiv, representa un paso crucial hacia el ambicioso objetivo de la empresa: "resucitar" al mamut lanudo para 2028.

Las iPSC son células que han sido "reprogramadas" para adquirir la capacidad de diferenciarse en cualquier tipo de tejido del organismo, lo que abre un abanico de posibilidades para estudiar las diferencias genéticas entre los mamuts lanudos (Mammuthus primigenius) y sus parientes vivos más cercanos, los elefantes asiáticos (Elephas maximus), sin necesidad de tejidos animales vivos.  

Estas células representan una ventaja significativa en la labor de desextinción de la empresa, según ha declarado a Live Science Eriona Hysolli, coautora del estudio y directora de ciencias de la vida de Colossal. Por su parte, George Church, coautor del estudio, cofundador de Colossal y genetista de la Universidad de Harvard, ha destacado la importancia de este logro, que podría allanar el camino hacia la creación de un mamífero con las características del mamut lanudo, capaz de sobrevivir en condiciones de frío y desempeñar papeles ecológicos similares en el Ártico.

Identificar genes asociados a fenotipos básicos del mamut

El proceso incluye la identificación de genes relacionados con rasgos característicos del mamut, como la tolerancia al frío y el pelaje desgreñado, para luego modificar genéticamente células de elefantes asiáticos, que son genéticamente similares a los mamuts en un 99,6 %. La siguiente etapa implicaría fusionar células madre editadas con un óvulo de elefante asiático e implantarlo en una madre de alquiler, lo que podría resultar en el nacimiento de un elefante con similitudes al mamut.

Este logro podría marcar el comienzo de una nueva era en la desextinción: en un avance espectacular, el equipo de Colossal Biosciences dicen acerca estar más cerca al ambicioso sueño de revivir al mamut lanudo para 2028. Este logro podría marcar el comienzo de una nueva era en la desextinción: en un avance espectacular, el equipo de Colossal Biosciences dicen acerca estar más cerca al ambicioso sueño de revivir al mamut lanudo para 2028.
Este logro podría marcar el comienzo de una nueva era en la desextinción: en un avance espectacular, el equipo de Colossal Biosciences dicen acerca estar más cerca al ambicioso sueño de revivir al mamut lanudo para 2028.Imagen: Ken Welsh/UIG/IMAGO

Conservación de especies amenazadas

Este avance también podría tener implicaciones significativas para la conservación de especies amenazadas, como el elefante asiático, al permitir la producción y fertilización artificial de células reproductoras.

"Podemos obtener gametos, es decir, oogonias y espermatogonias, a partir de estas células madre pluripotentes", explica Hysolli a Live Science. "Y eso es crucial a largo plazo, porque realmente pueden ser la clave para salvar especies", agregó.

Por su parte, Vincent Lynch, biólogo del desarrollo y profesor asociado de la Universidad de Buffalo, señaló Wired que, aunque la creación de espermatozoides y óvulos a partir de iPSC es un desafío, es solo cuestión de tiempo antes de que sea posible.

 

Limitaciones de la genética

Sin embargo, más allá de los desafíos técnicos, surgen interrogantes sobre la capacidad de estos animales para adaptarse y comportarse como sus ancestros extintos. Expertos como Heather Browning y Vincent Lynch advierten sobre las limitaciones de la genética del comportamiento complejo y la importancia de considerar el bienestar de estos animales en un entorno potencialmente extraño para ellos.

"No tienen ancianos que los críen, que les enseñen", dijo al Washington Post Heather Browning, filósofa que estudia el bienestar animal en la Universidad de Southampton (Inglaterra) y que no participó en la investigación. Los animales "no tendrían forma de aprender a ser mamuts".

"No sabemos casi nada sobre la genética del comportamiento complejo", dijo por su parte Lynch The New York Times. "Entonces, ¿acabamos con un elefante asiático peludo que no sabe cómo sobrevivir en el Ártico?".

Felipe Espinosa Wang con información de Live Science, Wired, Washington Post y The New York Times.

 

Un estudio revela el misterio de las dunas estrelladas del desierto, formaciones únicas que se elevan como pirámides, desentrañando su estructura interna y la sorprendente rapidez de su formación a lo largo de siglos.

 

Las dunas estrelladas son unas de las maravillas de nuestros desiertos, con formaciones de arena que se asemejan a pirámides de hasta 300 metros de altura. Sus brazos se extienden desde un pico central, dándoles un aspecto estrellado cuando se observan desde arriba. Un reciente estudio ha ofrecido el primer análisis profundo de una duna estrellada, revelando su estructura interna y el tiempo que tardó en formarse: un proceso más rápido de lo esperado pero que aun así se desarrolla a lo largo de muchos siglos.

El estudio se centró en Lala Lallia, una duna estrellada en el este de Marruecos, dentro del desierto del Sahara en el pequeño mar de arena conocido como Erg Chebbi, cerca de Merzouga. Lala Lallia, que significa "punto sagrado más alto" en la lengua bereber local, se eleva unos 100 metros sobre las dunas circundantes, tiene una anchura aproximada de 700 metros y contiene alrededor de 5,5 millones de toneladas métricas de arena.

Para observar el interior de la duna, los investigadores emplearon un radar de penetración terrestre y utilizaron la datación por luminiscencia para determinar el tiempo de formación de Lala Lallia. Los resultados indicaron que la duna se formó en unos 900 años, acumulando unas 6.400 toneladas métricas de arena al año debido al viento que arrastra la arena por el desierto.

Las dunas estrelladas, que representan algo menos del 10 % de las dunas en los desiertos de la Tierra y son las más altas, también se han encontrado en Marte y en Titán, la gran luna de Saturno. Geoff Duller, de la Universidad de Aberystwyth en Gales y coautor del estudio publicado en la revista Scientific Reports, compartió su fascinación por las dunas estrelladas y la belleza de los desiertos, destacando cómo la luz y la sombra cambian su apariencia a lo largo del día. 

Capas dentro de la duna estrelladasLala Lallia

El radar de penetración en el suelo reveló las capas dentro de Lala Lallia, mostrando cómo la duna se construyó a lo largo del tiempo mediante la acumulación de arena y cómo partes de su estructura interna se parecían a otros tipos de dunas. Según Charlie Bristow, sedimentólogo de la Universidad Birkbeck de Londres y coautor del estudio, las dunas estrelladas se forman en zonas con regímenes eólicos complejos y acumulación neta de arena.

Además, los investigadores descubrieron que Lala Lallia se desplaza hacia el oeste a una velocidad de unos 0,5 metros anuales. 

Aunque hoy en día se conocen muchas dunas estelares, solo se ha encontrado una antigua conservada como arenisca en el registro geológico, datando de hace unos 250 millones de años, en Escocia. Este descubrimiento podría ayudar a los geólogos a identificar más restos de antiguas dunas estelares en la arenisca.

Las dunas estrelladas más grandes de la Tierra se encuentran en el desierto de Badain Jaran, en el oeste de China, y también se pueden encontrar en lugares como el Mar de Arena de Namibia, los grandes mares de arena de Argelia, Rub' al Khali en Arabia Saudí, y en Norteamérica, en el Parque Nacional de las Grandes Dunas de Colorado.

FEW (Reuters, Scientific Reports)

Dos experimentos siguieren que tanto simios como los abejorros pueden tener capacidad para la acumulación cultural, que hasta ahora se consideraba una característica exclusivamente humana.

 

De acuerdo con experimentos publicados en las revistas Nature Human Behaviour y Nature, los chimpancés y los abejorros pueden aprender una nueva habilidad observando a individuos de su misma especie, lo que se conoce como aprendizaje social.

Los resultados sugieren que tanto simios como los citados insectos pueden tener capacidad para la acumulación cultural, que hasta ahora se consideraba una característica exclusivamente humana. Esta se refiere a la acumulación gradual de conocimientos y habilidades a lo largo de generaciones, lo que permite desarrollar comportamientos cada vez más complejos.

En el caso de los humanos, existe una cultura compleja que les permite copiar comportamientos de otros y, como tal, la cultura humana es acumulativa: las habilidades y tecnologías se acumulan a lo largo de las generaciones y se vuelven cada vez más eficientes o complejas.

Sin embargo, según hipótesis antropológicas, los chimpancés no aprenden de este modo, sino que pueden reinventar comportamientos culturales de forma individual. Aunque existen pruebas de la existencia de una 'cultura' en los chimpancés, estas teorías cuestionan que la misma surja a través de la copia de conocimientos entre individuos.

Un rompecabezas de tres pasos

Para comprobar si esto es así, los científicos, liderados por Edwin van Leeuwen, de la Universidad de Utrecht, realizaron un experimento con 66 chimpancés de Zambia, alojados en dos grupos separados.

Los chimpancés recibieron una caja rompecabezas que requería tres pasos para abrirla y obtener una recompensa alimenticia: era necesario recuperar una bola de madera, sacar un cajón del aparato y mantenerlo sobresalido, e introducir la bola en el cajón extraído.

Tras tres meses de exposición a la caja, los chimpancés no desarrollaron las habilidades necesarias para abrirla, explica la revista.

A continuación, los autores entrenaron a un chimpancé de cada uno de los dos grupos para abrir la caja y observaron si los demás animales desarrollaban esta habilidad a lo largo también de tres meses.

14 de los 66 chimpancés desarrollaron la habilidad de abrir la caja, y todos ellos habían visto a otro chimpancé abrir la caja al menos 9 veces hasta 1,5 metros de distancia.

La "sofisticación cognitiva" de los abejorros

En el otro trabajo, investigadores de la Universidad Queen Mary de Londres revelaron que los abejorros poseen un nivel de sofisticación cognitiva nunca antes visto: pueden también aprender tareas complejas de varios pasos a través de la interacción social, aunque no puedan resolverlas por sí solos.

Un abejorroUn abejorro
Este estudio demuestra que los abejorros poseen un nivel de aprendizaje social que antes se creía exclusivo de los humanos.Imagen: Sue Boo

En este caso, el equipo dirigido por Alice Bridges y Lars Chittka diseñó una caja rompecabezas de dos pasos en la que los abejorros debían realizar dos acciones distintas en secuencia para acceder a una dulce recompensa al final.

Mientras que los ejemplares individuales tenían dificultades para resolver el rompecabezas cuando empezaban desde cero, los que podían observar a un abejorro 'demostrador' entrenado aprendían fácilmente toda la secuencia. Pueden compartir y adquirir comportamientos que van más allá de sus capacidades cognitivas individuales, señala una nota de la universidad.

Esta investigación abre interesantes posibilidades para comprender la aparición de la cultura acumulativa en el reino animal.

La capacidad de los abejorros para aprender una tarea tan compleja de un demostrador sugiere una posible vía de transmisión cultural e innovación más allá de sus capacidades individuales de aprendizaje, concluyen los autores.

ee (efe, Nature)

Copyright© 2019 Sizart Todos los derechos reservados.