A bordo de un velero centenario, Nicolás Marín es parte de Darwin200, un proyecto que recrea la expedición científica del naturalista inglés y forma a los líderes ambientalistas del futuro.

Charles Darwin tenía sólo 22 años cuando, en 1831, inició un viaje que marcaría su vida y la forma de entender la naturaleza. El proyecto Darwin200 busca recrear su travesía. La centenaria goleta neerlandesa Oosterschelde zarpó en agosto pasado desde Plymouth, Inglaterra, y recorrerá en dos años 40.000 millas náuticas.

La iniciativa reúne a 200 jóvenes líderes ambientales y activistas por la naturaleza -los llamados líderes Darwin- que se capacitan a través de actividades, investigaciones e intercambio, a bordo y en escalas en 32 puertos alrededor del mundo.

En palabras del biólogo y documentalista Stewart McPherson, fundador y director del proyecto, el objetivo es "crear una experiencia igual de transformadora para el público y 200 de los jóvenes ecologistas más brillantes del mundo, que tienen el potencial de ser los líderes en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas y de la conservación del mañana, y los catalizadores para cambiar el futuro del planeta para mejor”.

Tras recorrer la costa atlántica de Sudamérica, las Islas Malvinas, y navegar por el Estrecho de Magallanes, la embarcación se encuentra actualmente en Punta Arenas, en el extremo sur de Chile. En ella viaja el fotógrafo argentino Nicolás Marín, de 24 años.

"Estamos siguiendo la ruta del explorador Charles Darwin y, de la misma manera, navegando en un velero. Para mí este es el proyecto de conservación más grande del mundo actual, por la creación de líderes”, dice a DW, al teléfono desde el barco.

A través de su cámara, Nicolás Marín documenta las bellezas naturales. Aquí, Marín durante una toma de una tortuga de Galápagos.A través de su cámara, Nicolás Marín documenta las bellezas naturales. Aquí, Marín durante una toma de una tortuga de Galápagos.
A través de su cámara, Nicolás Marín documenta las bellezas naturales para que más personas las conozcan y aprendan a amarlas.Imagen: Nicolás Marín

Ver para cuidar

"Mi misión es llevar la naturaleza a la mayor cantidad de ojos posibles para poder conectarla con ellos. Y a partir de la conexión, poder cuidarla y que la empecemos a amar”, comenta Marín. Su carrera en la fotografía de naturaleza ha sido meteórica. Comenzó a los 18 años, tras dejar el tenis profesional, y, cámara en mano, ha llegado hasta Galápagos, Aruba y el Polo Norte, entre otros destinos.

Se ha especializado como fotógrafo submarino, trabajado para National Geographic, en programas de la ONU, y fue uno de los ganadores de la Mejor Fotografía de la Naturaleza 2023, que entrega Chartered Institution of Water and Environmental Management (CIWEM). "Lo que más me gusta de mi trabajo es poder compartirlo con más gente, especialmente llegar a los niños, por el rol que van a tener en los próximos años en la conservación del planeta”, señala.

El velero Oosterschelde.El velero Oosterschelde.
200 jóvenes líderes siguen la ruta que inició el naturalista inglés Charles Darwin hace casi dos siglos. A bordo del velero Oosterschelde y en sus escalas en 32 puertos, el proyecto Darwin200 busca capacitarlos a través de actividades, investigaciones e intercambio.Imagen: Darwin200

Un tema clave, casi dos siglos después del viaje de Darwin a bordo del HMS Beagle, es el estado de conservación de las especies y las amenazas para el medio ambiente. "Además de la belleza natural, siempre documento la otra cara, los desastres ambientales debido a la acción humana”, indica Marín.

Al respecto, alerta sobre una amenaza creciente: "Estamos combatiendo un enemigo casi invisible. Antes veíamos plásticos y bolsas, que siguen siendo un gran problema, y hoy hablamos de microplásticos, de menos de seis milímetros, que empezaron a entrar en la cadena alimenticia de los animales. Estudios dicen que ingerimos el equivalente a una tarjeta de crédito por semana. Es alarmante”.

 

Esperanza en los jóvenes

En su paso por las Malvinas y los mares australes, Nicolás Marín está registrando la biodiversidad de una de las zonas más prístinas del planeta. "No es solo una fotografía linda. En mi carrera y mi trabajo hay una misión, no solo como fotógrafo, sino también como activista”, reconoce.

Los jóvenes participantes se embarcan por un período, realizan actividades en las escalas y van rotando con otros seleccionados. Muchos de ellos tienen historias previas de trabajo por el medio ambiente, ayudando a reforestar, crear reservas naturales, rehabilitar ecosistemas y promover iniciativas de conservación.

Foto de Nicolás Marín: pingüinos en las Islas Malvinas.Foto de Nicolás Marín: pingüinos en las Islas Malvinas.
En los mares australes y las islas Malvinas, los navegantes se toparon con numerosas colonias de pingüinos.Imagen: Nicolás Marín

En Punta Arenas, el noveno puerto que visita la expedición, hay además líderes de Brasil, Corea del Sur, Estados Unidos, Reino Unido y Uruguay. Junto con investigadores locales están abordando temas como los bosques de algas, el impacto de las especies invasoras, las áreas de alimentación de ballenas y delfines en el Estrecho de Magallanes, la protección de pueblos originarios de la zona y la conservación del huemul, un ciervo nativo amenazado.

Por razones logísticas, la ruta tiene una pequeña diferencia con la original de Darwin, pero considera todos los puertos en que él desembarcó. Tras avanzar por el Océano Pacífico hacia el norte, por la costa chilena, la misión científica continuará hacia Perú y las islas Galápagos.

Quienes quieran unirse a la aventura, que finaliza en Inglaterra en julio de 2025, pueden ingresar a la plataforma para estudiantes y público general, que todas las semanas tiene emisiones en vivo de experimentos interactivos, proyectos de investigación, conferencias y sesiones de preguntas y respuestas.

(cp)

El país americano prevé entregar 35 % menos de permisos estudiantiles que en 2023. Esto para aliviar la presión en la vivienda, la atención médica y otros servicios, según el gobierno.

Canadá anunció este lunes (22.01.2024) que limitará los permisos para estudiantes internacionales a dos años, para aliviar la presión en la vivienda, la atención médica y otros servicios en el país, según el gobierno.

"Para garantizar que no haya un nuevo incremento del número de estudiantes internacionales en Canadá en 2024, fijaremos un tope nacional de solicitudes de una duración de dos años", declaró el ministro de Inmigración, Marc Miller.

En 2024, Canadá prevé entregar 364.000 permisos para estudiantes internacionales, 35 % menos que en 2023.

Esta medida no alcanza a los estudiantes internacionales ya inscritos en universidades canadienses, aseguró el gobierno de Justin Trudeau, que trabaja con las provincias para aplicar la medida, y las cuales son responsables del sistema educativo,.

Una estimación oficial indica que más de un millón de estudiantes extranjeros están en Canadá, nación americana cuya población superó los 40 millones de personas en junio y enfrenta una crisis de vivienda en todas sus regiones.

afp/ap /rr

El antiguo escualo no era en realidad tan distinto del actual tiburón blanco, según demuestra nueva evidencia científica.

 

El estudio de varias vértebras de megalodón o tiburón megatooth (megadiente), un inmenso escualo que vivió hace entre 15 y 3,6 millones de años, ha demostrado que este animal era más esbelto y parecido a un tiburón blanco actual que al tremendo monstruo recreado por el cine. Estudios previos habían sugerido que el Otodus megalodon, que vivió en todo el mundo, probablemente alcanzaba una longitud de 15 a 20 metros.

Sin embargo, dado que en el registro fósil de O. megalodon sólo hay dientes y vértebras, los paleontólogos tomaron al tiburón blanco moderno (Carcharodon carcharias) como modelo de la forma corporal de O. megalodon, algo que, según un nuevo estudio, es erróneo.

El megalodón y el tiburón blanco

La investigación, realizada por el catedrático de Paleobiología Kenshu Shimada, de la Universidad DePaul, en Chicago, y cuyos detalles se han publicado este lunes en la revista 'Paleontología Electrónica', revela que el cuerpo de O. megalodon era más alargado que el del gran tiburón blanco actual. "La prueba extraordinariamente sencilla de que el O. megalodon tenía un cuerpo más esbelto que el gran tiburón blanco estaba oculta a plena vista", dice Shimada.

A partir del estudio de un conjunto incompleto de vértebras fósiles de un individuo de O. megalodon, descrito anteriormente, se estableció que el ejemplar midió 11,1 metros de longitud vertebral total combinada pero, en otro estudio anterior, extrapolado a partir de la relación con múltiples tiburones blancos modernos, estimó que el mismo individuo sólo medía 9,2 metros de longitud total, incluida la cabeza.

Ilustración de un megalodón con las fauces abiertas devorando una foca, y al fondo un tiburón mucho más pequeñoIlustración de un megalodón con las fauces abiertas devorando una foca, y al fondo un tiburón mucho más pequeño
La diferencia de tamaño entre el megalodón y un tiburón no es tan dramática como sugiere esta ilustración, según los resultados del estudio científicoImagen: Alex Boersma/PNAS/REUTERS

"Fue un 'momento eureka' cuando nuestro equipo de investigación se dio cuenta de la discrepancia entre las dos longitudes publicadas anteriormente para el mismo espécimen de megalodón", apunta Shimada.

Gran avance científico

El nuevo estudio sugiere con rotundidad "que la forma corporal de O. megalodon no era simplemente una versión más grande del gran tiburón blanco moderno", advierte el investigador de DePaul y primer autor del estudio, Phillip Sternes.

"Aunque seguimos sin saber con exactitud cuánto se alargaba el cuerpo de O. megalodon en relación con el gran tiburón blanco, este hallazgo supone un gran avance científico en la búsqueda por descifrar cómo era el megalodón".

El equipo de investigación del nuevo estudio está formado por 26 expertos en tiburones, incluidos Sternes y Shimada, que representan a 29 instituciones académicas de todo el mundo, incluidos el Reino Unido, Austria, Italia, Japón, México, Brasil, Francia y Australia, así como los EE.UU.

"A pesar del gran avance científico de nuestro nuevo estudio, el hecho de que aún no sepamos exactamente cómo era el O. megalodon hace que nuestra imaginación siga en marcha", reconoce Shimada.

                                                                                                                                                                                                                                                                               

Un estudio publicado este viernes en Nature Neuroscience analiza cómo una experiencia se convierte en memoria en el cerebro.

Un equipo internacional de científicos ha descubierto que, con el paso del tiempo, el cerebro mejora su capacidad para distinguir entre experiencias similares y fijar recuerdos, un hallazgo esencial para comprender mejor y tratar el alzhéimer y otros trastornos de la memoria.

El estudio, coordinado por la Universidad de Buffalo (Estados Unidos), se ha hecho en colaboración con el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), la Universidad de Harvard, el Imperial College de Londres (Reino Unido), y otras instituciones de Austria y China.

En un artículo publicado este viernes en Nature Neuroscience, los autores explican el hallazgo así: cuando alguien, en un corto espacio de tiempo, vive dos experiencias distintas pero parecidas, como asistir a dos fiestas en la misma semana o hacer dos presentaciones en el trabajo, "es posible que poco después las confunda, pero con el tiempo la confusión desaparece y el cerebro es más capaz de diferenciar las distintas experiencias".

Su estudio explica como tiene lugar este proceso a nivel molecular, un proceso del que se encargan los engramas, las neuronas del cerebro que almacenan información sobre la memoria.

Las claves de los engramas de la memoria

Los engramas se reactivan para ayudar a recordar. "Cuando se interrumpen, se produce la amnesia", explica Dheeraj S. Roy, autor principal del trabajo e investigador en la Universidad de Buffalo.

Para saber cómo se almacena una experiencia en el cerebro, el equipo desarrolló un modelo computacional de aprendizaje y formación de recuerdos que comienza con la información sensorial (un estímulo), cuando esa información llega al hipocampo, donde se forman los recuerdos, se activan distintas neuronas y a medida que se forman los recuerdos, las que se activan antes pasan a formar parte del engrama y refuerzan su conectividad para fijar el recuerdo.

El estudio podría revelar claves de por qué algunas neuronas resultan afectadas en padecimientos como el alzhéimerEl estudio podría revelar claves de por qué algunas neuronas resultan afectadas en padecimientos como el alzhéimer
El estudio podría revelar claves de por qué algunas neuronas resultan afectadas en padecimientos como el alzhéimerImagen: National Institute on Aging, NIH/AP/picture alliance

Además, el estudio descubrió que, en este proceso, no siempre se activa el mismo número de células engramadas. "Con el tiempo se activan muchas menos", avanza Roy.

"Esto explicaría por qué la discriminación de los recuerdos mejora con el paso del tiempo. Es como si tu recuerdo de la experiencia fuera inicialmente una gran autopista, pero después, en el transcurso del periodo de consolidación del orden de minutos a horas, tu cerebro los divide en dos carriles para que puedas discriminar entre ambos".

 

Ensayos con ratones

Roy y su equipo demostraron el proceso con ratones. Los animales fueron expuestos brevemente a dos cajas diferentes que tenían olores y condiciones de iluminación únicas; una era un entorno neutro, pero en la segunda caja recibieron una leve descarga en el pie.

Unas horas después, los ratones, que normalmente están en constante movimiento, demostraron tener recuerdos de miedo al quedarse inmóviles cuando se les exponía a cualquiera de las dos cajas, lo que demostraba "que no podían discriminar entre las dos", dice Roy.

"Pero a las doce horas, sólo mostraban miedo cuando se les exponía a la caja en la que se sentían incómodos durante su primera experiencia. Eran capaces de distinguir entre las dos. El animal nos está diciendo que sabe que esta caja es la que da miedo, pero cinco horas antes no podía hacerlo".

Además, mediante una técnica sensible a la luz, el equipo pudo detectar neuronas activas en el hipocampo del ratón mientras el animal exploraba las cajas y pudo medir cuántas neuronas reactivaba el cerebro para recordar.

Los estudios computacionales iniciales del equipo habían predicho que el número de células engramas implicadas en un solo recuerdo disminuiría con el tiempo, y los experimentos con animales lo confirmaron.

 

Sofisticada selección de neuronas

"Cuando el cerebro aprende algo por primera vez, no sabe cuántas neuronas necesita, por lo que recluta un subconjunto mayor de neuronas", pero "a medida que el cerebro estabiliza las neuronas, consolidando el recuerdo, va eliminando las neuronas innecesarias, de modo que se necesitan menos y, al hacerlo, ayuda a separar los engramas de los distintos recuerdos".

El estudio tiene relevancia directa para entender qué está fallando en los trastornos de la memoria porque ahora "sabemos que el problema está en que los engramas deben estar cambiando", apunta Roy.

EL(efe, Nature Neuroscience)

Investigadores creen que la existencia de este agujero negro, detecado mediante el telescopio James Webb, desmonta las teorías sobre la formación y crecimiento de estos objetos.

Un equipo internacional de investigadores ha descubierto el agujero negro más antiguo jamás observado mediante el telescopio James Webb. Tal objeto data de hace 400 millones de años después del Big Bang, hace unos 13 mil millones de años.

Los resultados de la investigación, que se han publicado este miércoles (17.01.2024) en la revista Nature, son -según Roberto Maiolino, astrofísico de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), institución que ha liderado la investigación - "un gran paso adelante".

Los investigadores creen que la existencia de este agujero negro sorprendentemente masivo -unos cuantos millones de veces la masa de nuestro Sol- en una época tan temprana del Universo desbarata las teorías sobre la formación y crecimiento de estos objetos.

 

¿Qué ha descubierto el telescopio James Webb?

Hasta hace apenas dos años, muchos secretos del cosmos permanecían ocultos para los astrónomos pero la llegada del telescopio espacial James Webb, construido por la agencia espacial estadounidense (NASA), la agencia espacial europea (ESA)y la agencia canadiense (CSA), ha cambiado las cosas. Esta maravilla tecnológica ha abierto una nueva era en la investigación astronómica.

El telescopio, que opera en el infrarrojo, puede ver objetos fríos, muy lejanos u ocultos tras el polvo, lo que le permite observar el universo primitivo y ver objetos tan antiguos como el agujero negro que acaba de descubrir.

Cuando el telescopio espacial Hubble detectó por primera vez la galaxia GN-z11 en 2016, se trataba de la galaxia más lejana que los científicos habían identificado hasta entonces. Se formó hace 13.400 millones de años, apenas 400 millones de años después del Big Bang.

Pero aunque el récord de GN-z11 se ha batido desde entonces, la galaxia sigue siendo una especie de rompecabezas. Para ser una galaxia tan antigua y compacta, era extrañamente luminosa. Para ser tan brillante, "habría necesitado un gran número de estrellas empaquetadas en un volumen tan pequeño", afirma Maiolino, en declaraciones recogidas por el medio NPR. No obstante, "dado lo joven que era el universo, habría sido difícil crear todas esas estrellas jóvenes y brillantes en ese período de tiempo relativamente corto".

Ahora, en un artículo titulado "A small and vigorous black hole in the early Universe", publicado en Nature, Maiolino y sus colegas tienen una explicación alternativa para toda esa luz: un agujero negro supermasivo con una masa aproximadamente 1,6 millones de veces la de nuestro Sol. El agujero negro en sí no emite ninguna luz, pero todo el material que se dirige hacia él, sugiere Maiolino, podría estar lo suficientemente caliente y brillante como para producir el intenso resplandor de la galaxia.

Según Maiolino, se trata del agujero negro más antiguo jamás detectado, y su mera existencia pone en tela de juicio de dónde proceden ciertos agujeros negros y cómo se alimentan y crecen.

Imagen de un choque de galaxias recogida por el telescopio James Webb.Imagen de un choque de galaxias recogida por el telescopio James Webb.
El telescopio, que opera en el infrarrojo, puede ver objetos fríos, muy lejanos u ocultos tras el polvo, lo que le permite observar el universo primitivo y ver objetos tan antiguos como el agujero negro que acaba de descubrir.Imagen: Space Telescope Science Institute Office of Public Outreach/ZUMAPRESS.com/picture alliance

Un agujero negro antiguo y voraz

Los investigadores opinan que este agujero es tan grande que tiene que haberse formado de otra manera: podría haber "nacido grande" o devorar materia a un ritmo cinco veces mayor de lo que se creía posible.

"Las galaxias muy primitivas eran extremadamente ricas en gas, por lo que habrían sido como un bufé para los agujeros negros", sugiere el investigador.

Así que al igual que otros agujeros negros, este joven agujero negro crece devorando el material de su galaxia anfitriona pero es mucho más voraz que otros agujeros de épocas posteriores.

La joven galaxia anfitriona, llamada GN-z11, resplandece por la presencia del agujero enormemente energético que alberga en su centro.

Esta galaxia es compacta -unas cien veces más pequeña que la Vía Láctea- pero, los astrónomos creen que el agujero negro esté causando su muerte, o al menos perjudicando su desarrollo.

"Este agujero negro se está comiendo esencialmente el [equivalente a] un Sol entero cada cinco años", dice Maiolino. "En realidad es mucho más elevado de lo que pensábamos que podía ser factible para estos agujeros negros". De ahí la palabra "vigoroso" del título del artículo.

Imagen de unas pegatinas publicitarias del telescopio James Webb.Imagen de unas pegatinas publicitarias del telescopio James Webb.
El telescopio James Webb fue lanzado el día de Navidad de 2021.Imagen: Lloyd Fox/Newscom/picture alliance

Un nuevo telescopio lleno de posibilidades

Durante los últimos veinte años, Maiolino ha ayudado a desarrollar el telescopio espacial James Webb, que se lanzó el día de Navidad de 2021. En concreto, forma parte del equipo que diseñó y construyó uno de sus instrumentos clave, el espectrómetro de infrarrojo cercano.

"El instrumento [es] responsable de dividir la luz de las galaxias y las estrellas [en] sus colores", dice. "Así que es esencialmente el arco iris de la galaxia".

Cuando Maiolino y sus colegas dirigieron el nuevo y potente telescopio y su instrumento hacia la galaxia conocida como GN-z11, el detalle que les devolvió fue impresionante.

"Fue muy emocionante", recuerda. "Pero al principio no nos dábamos cuenta de lo que nos estaba diciendo. El espectro era bastante desconcertante". Maiolino y su equipo descubrieron a qué se enfrentaban: un agujero negro supermasivo estacionado en el centro de la galaxia.

"Antes de que Webb entrara en funcionamiento, pensaba que quizá el universo no era tan interesante cuando se iba más allá de lo que podíamos ver con el telescopio espacial Hubble. Pero no ha sido así en absoluto: el universo ha sido bastante generoso en lo que nos muestra, y esto es solo el principio", resalta.

Maiolino confía en que con su sensibilidad, el Webb podrá encontrar agujeros negros aún más antiguos en los próximos meses y años y desentrañar las dudas sobre formación de estos objetos.

aa (efe,npr)

Copyright© 2019 Sizart Todos los derechos reservados.